Sin combustible un monoplaza no anda y sin
el apoyo de las marcas que lo proporcionan el Gran Circo no hubiera llegado tan
lejos como lo está ahora. Las petroleras ya estaban cuando la FIA prohibía la
publicidad en la F1 con BP y Shell abasteciendo a diferentes bólidos y, aunque
ambas marcas se retiraron en 1968 al legalizarse el patrocinio, Elf recogió el
testigo en 1969. Un año después, Shell volvió para surtir a Ferrari y Lotus y
Esso y Elf harían lo propio en Brabham y March, respectivamente. A partir de
ahí la relación entre petroleras y Fórmula 1 ha ido en aumento siendo Cepsa la
última en aterrizar.
Por
encima del tabaco –peleado con leyes gubernamentales- la gasolina no ha dado la
espalda nunca al Gran Circo. El acuerdo que Cepsa oficializó este martes con
Toro Rosso supone la enésima empresa de este sector que llega al paddock y la
segunda española, tras Repsol con Pedro Martínez de la Rosa en Arrows a finales
de los noventa y en menor medida en los inicios de Jaime Alguersuari en F1.
Quién
sabe si el vínculo Toro Rosso–Cepsa será similar al mítico Agip-Ferrari o
Elf-Renault (ahora Total-Renault y Total-Red Bull). Quizás sea como el actual
Shell-Ferrari o esté más cerca del nuevo Petronas-Mercedes (en los noventa era
Petronas-Sauber). La comunión entre este tipo de empresas suele ser largo para
identificarse con un vehículo determinado y rara vez esporádico (Repsol) o
cambiante. En este sentido, BP fue una excepción cuando entraba y salía -desde
finales de los sesenta hasta los noventa- por diferentes escuderías como
Surtees (1971), Larrouse (1987, 1988, 1989, 1990), Leyton House (1990, 1991),
Brabham (1991), Jordan (1991), Arrows (1992, 1993), March (1992), Tyrrell
(1993, 1994)…
Una
pegatina cargada de simbolismo
Desde
el próximo gran premio, en Monza, la historia de la categoría reina del
automovilismo cuenta con una pegatina más. No es una cualquiera por el
simbolismo que conlleva la entrada de una compañía de combustible. Cepsa
acompañará hasta final de temporada a otras empresas de la competencia: Total
(Renault y Red Bull), Shell (Ferrari), Petronas (Mercedes GP), Mobil 1
(McLaren) y PDVSA (Williams).
Las
petroleras siempre han estado ahí, al contrario de otros sectores que han ido y
venido. La gasolina ha servido para financiar a los equipos y también como
socio técnico aportando a la escudería combustible, lubricantes... Durante un
año, la parrilla puede llegar a gastar cerca de 200.000 litros de fuel. De
alguna manera se pueden sentir parte del éxito o del fracaso de un vehículo.
Shell,
por ejemplo, puede decir que ha ganado doce campeonatos del mundo de pilotos y
diez de constructores a los mandos de un Ferrari. Juntos han disputado más de
480 carreras y han sumado más de 2000 puntos. No obstante, esta relación viene
de antes de que existiera la Fórmula 1, cuando Shell patrocinaba la carrera de
piloto a Enzo Ferrari en 1929. Más tarde, en 1950, Ferrari corrió su primera
prueba en F1 cargado de Shell en el depósito. Shell también estaba presente en
otra fecha muy importante para Ferrari y, en este caso, Michael Shumacher. En
1996 el 'Kaiser' logró su primera victoria con la Scuderia con el logotipo de
la empresa holandesa. La compañía petrolera tiene contrato con el equipo de
Maranello hasta 2015.
De
los circuitos a las gasolineras de la calle
El
acuerdo entre ambas entidades no se limita a una simple explotación comercial o
suministro de productos. La composición del combustible utilizado en los
circuitos no se aleja mucho del que se puede encontrar en cualquier surtidor de
la calle y por ello hay espacio para la experimentación. Las petroleras pueden
estudiar nuevos compuestos gracias, en parte, a la Fórmula 1. Uno de los
objetivos es obtener conclusiones en los circuitos para poder aplicarlas en las
carreteras.
Ahora
Cepsa participa un juego histórico del que –al igual que para entrar- es
difícil salir. Algo tendrá cuando las empresas más potentes del sector han
permanecido durante años para que se les relacione con velocidad, potencia,
vanguardia, tecnología y, en determinados casos, con la victoria.
A
las compañías mencionadas anteriormente hay que añadir otras que ya son
historia de la Fórmula 1 como Agip, Texaco, Exxon Mobil (Esso, Mobil 1), YPF,
Petrobras, Pemex, Sasol, Valvoline o NOC.
Con
el apoyo financiero que suponen y a pesar de las evoluciones y adelantos
técnicos que envuelven al Gran Circo, aún no ha habido una propuesta firme de
futuro donde se valore otros compuestos como el diesel e incluso ir más allá y
valorar otro tipo de energía renovable. Desde ese momento la Fórmula 1 sería
menos Fórmula 1.
Fuente: elconfidencial
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