3 jun 2011

Moral o dinero: la Fórmula 1, ante el dilema de Bahréin


La FIA decide este viernes si se pliega a los petrodólares o si hace caso a las escuderías y a los defensores de los derechos humanos

Moral o dinero: la votación mañana en Barcelona sobre la reincorporación al calendario del Gran Premio de Bahréin sitúa a la Fórmula 1 en un dilema.

El consejo mundial de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) decidirá este viernes si se pliega al deseo de Bernie Ecclestone, ansioso de petrodólares, o si hace caso a las advertencias de las escuderías y de los defensores de los derechos humanos.

"Si hay paz y todos son felices, estaremos encantados de correr allí", dijo Ecclestone, que detenta los derechos comerciales de la máxima categoría del motor. Mañana se debatirá si la carrera, prevista inicialmente para el 13 de marzo, se celebra el 30 de octubre.

El Gran Premio se suspendió en febrero por los disturbios políticos que llevaron a que se decretara un estado de emergencia que apenas se levantó el miércoles. A pesar de ello, prosigue la preocupación por la seguridad y la incertidumbre sobre la situación real en el reino.

A esto se añaden las pocas ganas de los equipos de prolongar dos semanas más el campeonato, porque en caso de reincorporar a Bahréin, el primer Gran Premio de India se trasladaría al 11 de diciembre. "Es completamente inaceptable", se quejó Ross Brawn, director de la escudería MercedesGP. Pero para Ecclestone es una cuestión de millones.

Tras la cancelación, el británico perdonó generosamente a Bahréin la cuota por la celebración del primer Gran Premio del año. Pero ahora podría recuperar el dinero. Los indios no tienen problemas con el cambio de fechas y además organizarían la última carrera del año en lugar de Brasil, lo que aumentaría el atractivo ante una posible definición del título.

"En diciembre el tiempo es más fresco y no tendría ninguna influencia en la carrera", dijo el jefe del equipo Force India, Vijay Mallya, uno de los grandes promotores del Gran Premio en Nueva Delhi. "Si quieren venir, estamos listos", aseguró Zayed Rashed Al Zayani, jefe del Circuito Internacional de Bahréin, a la revista especializada "Autosport".

Y tranquilizó: "Todo está otra vez calmado, la vida ha regresado a la normalidad". La organización a favor de los derechos humanos Human Rights Watch tiene otra opinión.

En una carta al presidente de la FIA, Jean Todt, y al jefe de la asociación de equipos, Martin Whitmarsh, alertó del peligro del regreso de la Fórmula 1 a Bahréin. Y es que muchos de los trabajadores del circuito fueron arrestados en el marco de las protestas, y su destino es aún incierto. El debate político resulta complejo para muchos en la Fórmula 1.

"Hay una situación difícil en Bahréin, pero nosotros nos dedicamos al deporte. Si hay que ir, iremos; si no, no. No nos ocupamos de asuntos en los que no podemos influir", dijo a la agencia dpa Whitmarsh la pasada semana. Su segundo en la asociación de equipos, Eric Boullier, responsable a su vez de Lotus-Renault, tampoco opinó: "Prefieron no entrar en la discusión política".

El motivo del silencio y la prudencia: ningún equipo quiere espantar posibles y acaudalados inversores árabes con declaraciones altisonantes contra Bahréin. Aunque la FIA decida mañana en contra de viajar este año a Bahréin, es seguro que se regresará en 2012. "Pensamos que Bahréin es un lugar fantástico al que la Fórmula 1 debe ir", dijo el jefe de la escudería Ferrari, Stefano Domenicali.

FUENTE: LA VANGUARDIA.COM

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